EXPOLIVO

La idea de revelar a Catamarca como epicentro olivícola, está fundada en los estudios técnicos que aseguran que la industria olivarera de la provincia junto a la de La Rioja, alcanzan un total de 75% de la composición porcentual nacional. San Juan, en tanto, obtiene un 15% y Mendoza un 6% para enunciar algunas que forman parte de la franja industrial. (según año 2007)

Con más de 20 mil hectáreas plantadas, Catamarca se ubica a la cabeza de las provincias productoras, recolectando 54 mil toneladas de aceitunas, sumando de esta forma, nuevos puestos de trabajo. Esto hace que se acumule un ingreso anual superior a los 350 millones de pesos, pasando a ocupar un lugar de privilegio entre los sectores productivos de la economía provincial.

Para la imagen identificatoria de la Expolivo 2007, propuse incluir como imagen expresiva, la geografía que identifica al Valle Central: grandes extensiones de tierras cultivadas enmarcadas por estribaciones montañosas.

El perfil de un campo de olivares muestra la disposición característica de su perspectiva, cuyas líneas de trazado, acompañan en contraposición al de las montañas, haciendo que todos las líneas de fuga emerjan de un centro visual.

Esto hace que la atención recaiga directamente a un espacio activo, realzado no sólo por la luz de recorte que incide directamente sobre el texto central, sino también por el ecosistema visual que circunda al cartel y que ayuda a que el isotipo se exprese de manera sutil, a la vez que es ayudado a tomar distancia, recortándose del fondo.

Este efecto logra un protagonismo en primera persona, sin que de ninguna forma deje de pertenecer a su entorno, dado sus similitudes cromáticas y dimensiones necesarias para tal caso.

Los colores aquí expuestos, son la síntesis de los encontrados en el proceso de elaboración de la aceituna y por consiguiente, determinante para el reconocimiento del producto final.
También se tuvo en cuenta la cromática presente en el paisaje circundante y todas aquellas actividades relacionadas con el tema.

De la matriz principal, formada por los verdes y amarillos y el conjunto de sus subgradientes, surge la paleta de colores que no sólo dan carácter a la imagen del isologotipo, sino que ayuda a perfilar y definir la totalidad de aquellas piezas a presentar en el paquete gráfico general.