PONCHO XL (Xtra Large)

Fiesta de la canción, la música y la danza. Catamarca se proyecta al país a través de los artesanos y los artistas que aportan su talento. Es tiempo de encuentro y lo vivimos. Durante estos días, Catamarca se convierte en una gran vidriera nacional.

El calor y el ritmo de estas jornadas es un eco que sigue, da vueltas, viene y va: Nos proyecta y nos acerca. Permite que otra gente nos conozca mejor, nos valore más, nos ubique en el mapa. Descubra que Catamarca es una tierra con historia, con cultura y con leyendas. Y el Poncho Catamarqueño, ese gran protagonista, va enarbolando clara y definitivamente el mensaje de esta tierra. Catamarca: Valle de montañas agrestes, que crece desde el tiempo querendón del gaucho, cuando una zamba atraviesa con cuerdas de guitarra, el ancho y verde corazón de la Patria.

LA IMAGEN:

Una bandera está hecha con la fibra de su gente. Es la misma fibra con la que generaciones supieron tejer la trama de un poncho que es parte de la piel de quien la viste y hoy, en el tiempo en que Nuestra Patria cumple doscientos años, nuestro pueblo se cubre con aquellos hilos teñidos de cielos y sueños.

Nuestra bandera lleva el sol en su pecho y el coraje en sus venas; con alas arrulladas por el viento, ondeando con inspiración propia sobre nuestras cabezas y el poncho, con el arrojo en sus guardas y sus flecos encendidos, se desprende desde nuestra tierra para abrazarnos con suave calor maternal y sagrada protección.

Ambos, -bandera y poncho- saben de largas luchas y desencuentros, de oscuros y crudos inviernos, porque nacieron con la revolución del pensamiento, donde las ideas surgieron de un viento común, proclamando una sola corriente de identidad nacional, enalteciendo nuestra soberanía y afianzando nuestra cultura.

Juntos siguen ondeando a nuestro lado y para ésta XL° Fiesta Nacional e Internacional del Poncho, acontecimiento que se prolongó a lo largo de dos semanas y realizada en el marco del "Bicentenario de la Patria", con marcadas fuerzas exaltó su omnipresencia en ésta: "su nueva talla."



Modelos: Lautaro Avilés; Lucía Castellano. Actores: Patricia Crook; José Rodríguez; Oscar Ávalos; Emiliano y Nahuel Sosa. Entrenadora: Ileana Villalobo, Caballo Peruano: “Fogoso Ilustre” Iluminación: Sophie Menecier. Casting, scouting y maquillaje: Natalia Menecier. Edición, compaginación y musicalización: “Koky“ Martinena. Textos y narración en off: Anita Martinena. Idea general, diseño y dirección: Fabián Martinena.

Agradecimientos: a la Familia Villalobo por ofrecer sin medida sus instalaciones. A Lucas Rodríguez y José Luis Sosa. A Fátima y Claudia Batallán que, al igual que Héctor Luna, me prestaron sus banderas. Vaya también un especial agradecimiento a Paola Verón y su familia. A todos... ¡Muchas Gracias!


video promocional "PONCHO 2010"



PONCHO ESTELAR

Desde el comienzo de los tiempos, el cielo nocturno fue el mejor espectáculo que el hombre haya disfrutado.

Para nuestros antiguos, cada estrella tenía un mensaje sagrado. Es por ello que era menester consultar los cielos para saber cómo se repartirían los tiempos en períodos prósperos y adversos.

Estos puntos luminosos apostados en lo alto, fueron aprovechados siempre como señaladores, guías o parámetros, sirviendo como faros indicadores que ayudarían a definir posiciones y marcar diferentes rumbos a los viajeros, convirtiendo el cielo en algo casi entendible y a la vez inconmensurable.

Las estrellas con su mágico esplendor, supieron dibujar en la mente de los hombres, figuras que ayudaron a contar historias. Nuestros antepasados lograron organizar los cielos mediante constelaciones, convirtiendo de este modo al firmamento nocturno en una especie de registro que podía ser leído de generación en generación.

En estas representaciones imaginarias estaban grabadas batallas épicas, guiadas siempre por nobles guerreros. Historias de amores y desengaños con finales disímiles y fábulas míticas que usarían la totalidad de la bóveda celeste como escenario.
Estas estrellas, emplazadas en un cielo siempre en movimiento, sirvieron también para llevar el registro de las estaciones y por ende, separar los tiempos de trabajo y descanso.

Nuestros ancestros decían que en los cielos, otros hombres al amparo de la noche encendían fogatas y en una especie de epifanía mutua, imitaban ese acto, dejándose llevar por los efluvios hechiceros del fuego. Así surgieron las reuniones y con ellas nacieron los encuentros devenidos en ceremonias y festividades.

Representaciones antiguas, pero no menos rica a nuestras tradiciones, fueron las premisas que sirvieron de inspiración para la elaboración del cartel institucional con el que se dará a conocer la XXXIX° Fiesta Nacional e Internacional del Poncho 2009 que se llevará a cabo en el mes de Julio en los pabellones del Predio Ferial Catamarca.


Este trabajo fue posible gracias a la colaboración de los modelos: Stella Rodríguez y Flavio Espeche que aportaron en todo momento su talento. Natalia Menecier en maquillaje y peinados. Martín Mondonio encargado de iluminación y producción general. “koki” Martinena como operador de cámaras, edición y musicalización del spot. Gerónimo Pacheco en post-producción y efectos fílmicos, Anita Martinena en voz en off y textos y Fabrizio Martinena como best-boy y gaffe. En la fotografía digital y posterior post-producción de las imagenes fijas: Fabián Martinena.

Y por supuesto, un agradecimiento especial a la familia del Dr. Luis A. Gandini y su Sra. esposa que cedieron gentilmente su country para la filmación.



video Poncho 2009

41 AÑOS DE PERMANENCIA

La Fiesta Nacional del Poncho fue Institucionalizada oficialmente por decreto del poder Ejecutivo de la Provincia como programa de gobierno para el año 1967 “como uno de los aspectos primordiales a la promoción turística, dirigidos a convertir nuestro suelo en un centro de significación en esa materia…” según reza el Considerando del decreto H.E. Nº 645 de ese mismo año, firmado por el entonces Gobernador de la Provincia, Gral. Guillermo R. Brizuela.

41 años han pasado desde entonces. Hubo tiempos de silencios y olvidos propios de gobiernos desidiosos, indiferentes, desafiantes… Es por eso, que la fiesta lleva hasta ésta edición el número 38º, pero era tiempo de recordarle a la gente su verdadera edad, su condición floreciente, su madurez. Esa fue la premisa, la estrategia con todas las letras usada, es por ello que para la confección de la imagen iconográfica de la XXXVIIIº Fiesta Nacional e Internacional de Poncho, que se lleva a cabo a mediados del año en la ciudad de Catamarca - Argentina, decidí ubicar la escena en un ambiente bucólico, pero a la vez tenso en dinamismo y cargado de dramatización. Un dramatismo escénico, donde las luces y las sombras juegan un papel imprescindible a la hora de poder referir en una sola imagen, la fuerza y la sensualidad que encierran las tradiciones locales, enmarcadas por un escenario natural bañado de colores grava, siena y tierras, integrando toda la composición. Desde las montañas pasando por un cielo henchido en nubes para finalmente mimetizarse en la vestimenta y la piel de los danzarines.

A la hora de armar esta imagen, fue necesario contar con dos modelos que estuvieron asistidos permanentemente, logrando de este modo, las poses y acciones necesarias para interpretar los movimientos que requerían las escenas. Ella, una amiga personal: Fernanda Quispe, licenciada en turismo y amante de las danzas folclóricas. No dudó un segundo en viajar desde la ciudad de Andalgalá para acompañarme, a pesar de tener al principio, algunas vacilaciones propias de una inevitable exposición, pero que fueron diluyéndose una vez que sacó lo mejor de sus artes a la hora de bailar. El, un compañero de trabajo: Javier Acosta, que aceptó mi invitación con la única premisa de ser guiado en sus movimientos, ya que manifestó haber sido siempre espectador y nunca había bailado ni siquiera por asomo una zamba.

La fotografía y puesta en escena estuvieron a cargo de Ariel Pacheco, un profesional de este medio que no titubeó en formar parte de esta experiencia, siendo una ayuda indispensable a la hora de lograr con precisión las ideas previamente bocetadas. La asistencia y el vestuario estuvieron a cargo de Laura Morales y José Echevarría. Juntos hicimos a lo largo de medio día de sesión fotográfica -con más de cuatrocientas tomas hechas- una carpeta de imágenes, las cuales fueron seleccionadas y posteriormente elegidas, para terminar de componer una representación con peso propio que ha recorrido caminos de esta Argentina, promoviendo lo mejor de esta tierra, encerrado en una imagen que trata de plasmar el arte y los sentimientos que se esconden en el paisaje y su gente y que una vez al año, florecen para el deleite de todos aquellos que quieran vivir diez noches de magia y tradiciones milenarias.




En esta imagen puede verse una segunda opción de gráfica. Esto es importante puesto que no todos los soportes de promoción son iguales. Significa que la composición tiene una tensión espacial que sirve para ser adaptada a cualquier formato "vertical" como carteles, bambalinas, o como en este caso, el programa de espectáculos.

TARJETAS MAGNÉTICAS

Para esta edición de la Fiesta Nacional e Internacional del Poncho, se propuso facilitar el ingreso de los asistentes al espectáculo folclórico, mediante la modalidad (novedosa hasta el momento) de la adquisición de entradas magnéticas.

Esto posibilitó que el público presente cuente con una mayor autonomía de admisión, evitando colas innecesarias y paradas de chequeo. Esto mejoró el flujo de espectadores proporcionando una cómoda ubicación, salvando inconvenientes y molestias propias del manejo de masas.

La responsabilidad a la hora de la confección de los plásticos y la ubicación estratégica de los molinetes de acceso, estuvieron a cargo de Axcess Group S.A. una empresa que cuenta con años de trayectoria, encargada del ticketing, acreditaciones y el control de acceso en la mayoría de los espectáculos, acontecimientos sociales, deportivos y culturales de la Argentina.
Junto al Departamento Imagen Arte y Diseño de la Secretaría de Estado de Cultura de la Provincia, se trabajó para que cada plástico y cada molinete llevaran la imagen identificatoria de esta fiesta tan esperada por los catamarqueños.

CON "C" DE CATAMARCA

La Subsecretaría de Cultura -hoy devenida a Secretaría de Estado- “tiene que tener presencia sólida en la Fiesta del Poncho…” Esa fue la premisa asociada a la flamante inauguración de Predio Ferial Catamarca donde, de ahora en más, sería el lugar en el cual empezaría a escribirse una nueva etapa de desarrollo y crecimiento para el festival por antonomasia de los catamarqueños.

De ese concepto de presencia nace la imagen. Había que denotarlo, expresarlo, enunciarlo más allá de la indiscutida participación de la Secretaría en la organización de cada una de las noches festivaleras.

¿Cómo se dice Cultura y Catamarca en una sola imagen? Simple: Con una gran “C” y si ésta estuviera hecha con la misma trama de un poncho, ¡mejor todavía! Así nace, jugando con el dinamismo propio de una prenda tan versátil como su simiente, tan ágil como las manos que le dieron vida, tan noble como la tierra que lo ampara.

“Al Poncho lo sentimos argentino y catamarqueño por sobre todas las cosas. El está consustanciado con los orígenes de la nacionalidad y nuestros más caros recuerdos provincianos. Atravesó todos los campos de batalla, durmió en tiendas de campaña o bajo la caricia de las estrellas. Cruzó la cordillera entre nieves eternas y oscuros abismos con el ejército Sanmartiniano para liberar otros pueblos o con las arrias de ganado precursoras de la integración económica americana. Se desgarró en las guerras gauchas y brilló en los salones coloniales. Sirvió de lecho en polvorientos caminos, de escudo en luchas cruentas y también de mortaja para cubrir muertos queridos…”

Ese es nuestro poncho. Y para mi modesto punto de vista, debía de dibujar en su vuelo una “C” grande… bien grande que nos recordara nuestra Catamarca.


ENTRADAS

Para esta edición de la Fiesta Nacional e Internacional del Poncho, además de una completa cartelería, se programó el diseño de entradas (tickets) que estuvieron motivadas por la idea de identificar cada noche con un color, acompañándola con la imagen del artista destacado de la jornada.

Fue puntual que al diseño de las entradas se les confiera ciertas características de un billete, es decir, fueron incorporadas a las mismas líneas, trazos, colores y detalles encerrados, existentes en cualquier papel moneda. Esto las convirtió en documentos protegidos y (de un modo subconsciente) en papeles con un valor intrínseco incorporado, otorgándole de este modo personalidad y originalidad propia.

Esta serie de entradas identificaron cada noche, asociando su color con un día de la semana y con un artista en particular. Un estilo personal que acompañó al papel propiamente dicho, haciéndolo original y exclusivo.
Las entradas (tickets) tuvieron una dimensión estándar de 21,00 cm. de ancho x 7,37 cm. de alto. con doble linea punteada, esto significa que el papel se componía de tres cuerpos: un cuerpo para el talón, otro cuerpo para las urnas de chequeo y el cuerpo tercero y principal para el espectador.

LUNAS FESTIVALERAS

Nuestros antiguos vieron en los cielos la posibilidad de interpretar y explicar las leyes generales del Universo. De esa manera, percibían un vínculo sagrado que resultaba decisivo para la vida cotidiana de toda una comunidad. Allí, estaban escritos los ciclos del tiempo. Se podían vislumbrar períodos propicios y aciagos, distinguir épocas de siembra y de cosecha, presagiar nacimientos y muertes.

En los cielos habitan las divinidades creadoras. Desde el cenit dictan sus propósitos, dibujando códigos que deberán ser descifrados para satisfacer sus designios. Estos Señores Eternos son los que de alguna manera supieron marcar tiempos destinados para la labor y el descanso, correspondiéndole al hombre interpretar decisivamente esas señales evitando de ese modo, el arrebato de la ira resultante de una deshonra, permitiendo seguir con la comulga que garantiza recibir aquellos favores fundamentales de la naturaleza.

Toda celebración significativa se prolonga a lo largo de un determinado tiempo y son sus noches las que serán confiadas como ese momento propicio para amparar la magia que es necesario invocar y al mismo tiempo, exaltar bajo los efluvios de sus lunas.

Un festival se desarrolla transitando fases que van marcando su ritmo. Es por ello que esa asociación directa es puesta de manifiesto en la gráfica del cartel de la XXXIV° Fiesta Nacional del Poncho. Aquí, el tránsito lunar juega de un modo iconográfico con la tipografía, denotando las fases mas desarrolladas, conjugando formas en equilibrio compositivo, contrapesando con las figuras de una pareja que danza al amparo de la luz añil de un plenilunio.

Cual tablado, las tramas de un poncho se extienden a los pies de toda la composición, sirviendo de escenario distintivo, reforzando el concepto, a la vez que perfila el paisaje.

Este trabajo cierra de algún modo, una etapa cumplida durante cinco años como diseñador gráfico para la Subsecretaria de Turismo de Catamarca. Este período marcó significativamente mi trayectoria creativa, acompañado en todo momento por personas de talento con las que conformé un equipo que posibilitó la conjugación de valiosas propuestas con ideas de cambio.



CON VUELO PROPIO

Un poncho tiene vida propia. Su confección simple le otorga versatilidad y dinamismo. Su trama le confiere una fabulosa posibilidad; se diría que la mágica virtud de copiar los movimientos de quien lo lleva. Se convierte entonces en un instrumento obediente y dúctil dependiendo de la circunstancia. Sirve las veces de protección frente a las inclemencias del tiempo y resguardo o cobijo por las noches. Puede convertirse en manta o tienda, apero o capote, venda o correa, endiablado escudo o santo sudario.

Un poncho es suave al tacto, pero firme en su carácter. Fiel compañero de travesías e inseparable camarada de aventuras. Cómplice silente e imperturbable, capaz de respetar cualquier confidencia que le haya sido conferida… ¡Un poncho te cuida las espaldas!

Estas cualidades sirvieron como eje central, permitiendo contar una historia. Usando el lenguaje del humor, pudo seguirse cada paso de las actividades de la XXXIII° Fiesta Nacional e Internacional del Poncho en la piel de un gaucho que nos relataría, a lo largo de una secuencia de piezas gráficas independientes, los pormenores de un festival que siempre tuvo mucho para dar.

En las piezas publicitarias se utilizó un lenguaje costumbrista, folclórico (localista si se quiere) –pero que al mismo tiempo rompía con todos los códigos discursivos utilizados en la comunicación estatal hasta ese momento, demasiado formal y conservadora, más próxima al esquema de difusión periodístico que al intrínseco arrojo publicitario-. Jugando muchas veces con la ambigüedad semántica y el doble sentido, cada frase era presentada con picardía, más sin dejar de informar con exhaustividad ni sacrificar todos los eventos y contenidos programados, llegando incluso a aplicarse diferentes niveles de dialéctica.

Los textos estuvieron a cargo de un compañero y amigo que por entonces cumplía la tarea de redactor creativo en la Secretaría de Turismo: Pablo Doering, licenciado en comunicación. Juntos trabajamos en la semiótica, armonizando imágenes y textos que no necesariamente se gestaban en ese orden, permitiéndonos jugar con las posibilidades de una prenda que nació para ser usada por cualquier persona, superando cualquier barrera, incluso la del idioma.




MAS QUE UN SLOGAN

Cultura, magia y tradición. Estas, más que palabras devenidas en slogan son los pilares que conforman la estructura fundamental de uno de los Festivales más importantes del noroeste argentino.

La cultura es una de las formas integrales de una sociedad. A través de la cultura se promueve el desarrollo de elementos identitarios y de aspectos expresivos de toda una comunidad. Nuestros ancestros supieron concentrar estas expresiones del espíritu en símbolos que posibilitarían unir lo interno con todo aquello que nos rodeara, es por eso que la magia está unida al deseo y este a la acción, proyectando de esta forma nuestra voluntad. Estas experiencias, muchas veces significativas desde el punto de vista emocional en toda comunidad, necesitan ser contadas y transmitidas, es así que llegan en herencia hacia nosotros por medio de la tradición. Es nuestro deber ser decisivos en prolongar, sucediendo todo aquello que nos identifica y sobre todo, nos contrasta de otros grupos humanos otorgándonos identidad.


En la imagen representativa de la XXXII° Fiesta Nacional del Poncho, dos paletas de colores simbólicos confrontan diagonalmente en la representación: Los de la tierra y los del cielo, lo interno con lo externo, lo ya transitado con el devenir. Así, lo tangible y lo mágico se transponen en equilibrio, uniéndose el deseo con el propósito entrelazándose en alegoría.

La composición y estructura gráfica del cartel y la posterior memorablia promocional, estuvo asistida permanentemente por profesionales que saben de su trabajo. En redacción y textos: Pablo Doering; y en maquetado: Christian Díaz Dián. Ambos apreciados compañeros y estimados amigos.


Los tres fuimos coautores responsables de una vasta y prolífica estructura propagandística y de difusión, conformando lo que en su momento se conoció como el “Grupo Creativo” de la Secretaría de Turismo de Catamarca.