Toda cultura escoge narraciones que repite una y otra vez hasta convertirlas en una representación didáctica de sus valores, sus inquietudes, sus misterios, su orden social. En resumen: una descripción de nosotros mismos.
Es por ello que el hombre siempre tuvo la capacidad de evocar lo alguna vez vivido mediante la ayuda de diversos sustitutos: símbolos, signos, palabras, imágenes, conceptos. Basta que dos seres humanos confraternicen para que comiencen a referirse historias usando estas herramientas de expresión.
Todas las culturas y de diferentes épocas han narrado sus historias… Muchas de ellas son olvidadas con el tiempo, otras en cambio sufren un curioso fenómeno: mutan para añadir algún detalle y suprimir otro. Cada cual con sus diferencias puede ser revivida en el medio ambiente correspondiente, conectando sucesos y personajes lejanos o propios. En este sentido la recopilación y la difusión de leyendas permiten que la esencia de aquellas culturas permanezca en el imaginario colectivo como testimonio de un tiempo.
Es entonces cuando éstas comienzan a entregarnos claves que debemos comprender.
En cualquier lenguaje, las leyendas y los relatos fabulosos guardan un significado oculto. Son como criptogramas a descifrar; El modelo supremo de la conducta humana está oculto en el laberinto de las leyendas y mitos que cada cultura posee. Allí se esconde la clave de nuestra especie, nuestra civilización y su cosmogonía.
BRUJAS: Aunque muchos no quieran ni contarlo, la mayoría de los pobladores de los distintos parajes conocen muy bien la existencia de las brujas, que son definidas como las guías del conocimiento y la viveza. Su regente no es otro que el mismísimo diablo, quien a cambio de conjuros, les cobra a estas artesanas de la magia, la módica suma de un alma o la vida de algún desesperado, ofreciéndoles a cambio, un período de amor dinero, lujos y placeres. Sin embargo, el diablo siempre gana.
EL COQUENA: En la inmensa soledad de la Puna entre montañas, los fuertes vientos, los abrazos cálidos del sol y la tierra olvidada, la gente cuenta una historia que viene más allá de las cumbres del tiempo. Se dice que los ganados están protegidos por un ser mágico, un hombrecito de pequeña estatura que viste poncho corto de vivos colores. Lleva casaca liviana, pantaloncillos arriba de los tobillos, gorro, ojotas y masca permanentemente hojas de coca. Se dice que es el hijo mismo de la pacha-mama. Aunque son muy pocos los que lo han visto, en los poblados hablan de él.
EL LOBIZÓN: La leyenda cuenta que se trataría del séptimo hijo varón seguido de un mismo matrimonio o concubinato, el cual por eterna maldición se terminará indefectiblemente transformando en animal. Esta transformación no ocurre en cualquier momento, sino a las doce de la noche del viernes y a veces también del martes. Luego de realizada la metamorfosis, sale de correrías hasta que el canto del gallo lo devuelve a su humana condición. Durante esa noche los perros aúllan enloquecidos advirtiendo su presencia. Va a los chiqueros, gallineros y corrales en busca de excrementos, su más preciada comida. También suele vérselo en los cementerios revolviendo tumbas en busca de carroña.
LA MULÁNIMA: Dicen los que temen que este ser, venido de las entrañas mismas de lo desconocido, se trataría de una mujer transformada hace mucho tiempo en mula como castigo. El porqué se perdió en el tiempo, aunque algunos aducen que fue por haber tenido relaciones amorosas con un cura o con el mismísimo mandinga... Sea como fuere, este ser espectral carga pesada cruz después de haber cometido semejante pecado. Los que la han visto dicen que suele correr de noche por los campos, arrastrando cadenas pesadas o emitiendo destellos con su mirada. otros dicen haberla visto envuelta en fuego.
LA PACHA-MAMA: Madre tierra. Dueña absoluta de montañas, valles y quebradas. Contenedora, piadosa, pródiga y justa que sólo pide a cambio de cada uno de los seres que la habitan, respeto y obediencia. Compañera eterna de Inti, conoce cada una de las Quyllur; sus hijas las estrellas, que le recuerdan los ciclos a seguir con los dibujos que forman agrupándose en constelaciones. Yllapha, El rayo la visita en determinados momentos del año para fecundarla, convirtiéndola en próspera y fructífera, legando virtudes que cada ser aprovecha para su beneficio y por ende, el de todos los seres que forman parte de su estirpe.
EL VIEJO DE LA BOLSA: Esta historia formó parte de la mitología urbana de la Argentina sobre todo en décadas pasadas, aunque en muchas provincias el mito aún perdura. En un pequeño pueblo están desapareciendo chicos, y las malas lenguas apuntan a un hombre ceñido en años, canoso, barbudo, desalineado, con un gesto adusto, mirada esquiva y siempre vestido con oscuros ropajes. Su particularidad es cargar una gran bolsa de arpillera al hombro. Dicen que como se encargó siempre de atemorizar a los niños, éste podría ser el causante de tantas desapariciones.
EL DUENDE: Cuentan los ancianos, que el duende es un hombrecito pequeño que se aparece por las siestas para asustar a los niños traviesos que juegan en los montes o para elogiar a las damas desprevenidas. Se dice que es la aparición personificada de un niño que murió sin ser bautizado, un niño malo que golpeó a su madre o que fue castigado por desobediencia. Entonces, con ese sentimiento de culpa, persigue a los niños que no respetan las órdenes paternas. Es chiquito y usa sombrero grande de alas muy altas. Tiene una mano de hierro y otra de lana. Cuando se acerca a alguien con su caminar desgreñado, le pregunta con cual mano desea ser golpeado.
FINALIDAD DEL PROYECTO:
Este tema ha sido el puntapié inicial para una representación gráfica de rescate, pudiendo expresar algunas verdades que están bajo la figura narrativa de toda superstición, mito o leyenda.
El primer paso fue refrescar lo aprendido sobre la gramática que encierran los símbolos y el segundo, reunir un grupo de leyendas populares de nuestro territorio para dejar que estas hablen por sí mismas.
Una vez incorporado el lenguaje simbólico, -implícito en nuestra psique- no requiere más talento que el de traducirlas en dibujos para que el espectador se deje simplemente llevar por la narrativa, detonando una constante de verdades básicas que el hombre lleva escondidas desde el comienzo de su historia, atendiendo de algún modo y a consecuencia, una enseñanza implícita.
Los símbolos de la mitología no son fabricados, no pueden encargarse, inventarse o suprimirse permanentemente; son productos espontáneos que cada uno lleva dentro de sí mismo. Apareciendo en el momento indicado, la fuerza germinal de su fuente sale a la luz traduciendo su significado.
No es intención llegar a conclusión alguna, porque sé que estas narraciones no son verdaderas ni falsas: sólo son un espejo de nuestra forma de pensar, sabiendo también que éste espejo extiende sus dimensiones a lo largo y ancho de nuestro continente.
DEDICATORIA:
Esta entrada va dedicada enteramente a "Koki" Martinena, mi hermano, que supo hacer posible a través de una serie de cortometrajes, una colección de diez capítulos iniciales (1ra. Temporada), escogidos y pensados en la universalidad de su lectura, propia de la cultura que nos alimenta.
Bajo el título de: “Supersticiones, Leyendas y Creencias” cortometrajes clasificados en el género de suspenso, se describen relatos del folclore local vernáculo que llegan a abarcar la totalidad lingüística del norte de nuestra Argentina.
Haciendo hincapié en aquellos cuentos populares que supieron cautivar desde siempre la imaginación de un público acostumbrado a reunirse y escuchar historias de “fantasmas, duendes y aparecidos” se tomó la determinación de rescatar en un nuevo formato, aquellos viejos cuentos para acercarlos a un nuevo público. Tomó un año completo recrear sólo una pequeña parte de las numerosas narraciones que pueblan nuestra extensa mitología.
Es por ello que ha sido un orgullo el poder rescatar para una audiencia televisiva, parte de un gran material étnico-cultural, rico en tradiciones y cargado de costumbres ancestrales. Para ello un equipo completo tuvo que viajar a distintos puntos de nuestra extensa Catamarca, visitando lugares como Andalgalá, Ancasti, Taco Grande, Tintigasta, Capayán, Valle Viejo, Antofagasta de la Sierra, Fray Mamerto Esquiú, Tinogasta, Villa Vil, Anquincila, Pomán… puntos claves elegidos como marcos ambientales de cada puesta en escena, sin desmerecer otros maravillosos lugares que también supieron ser fragmentos del universo visual de estas obras.
PARTICIPACIONES Y AGRADECIMIENTOS:
Debe destacarse la tarea en conjunto de un equipo valioso de personas que estuvieron preparadas y dispuestas en todo momento para encarar esta empresa. Vaya un sincero agradecimiento a todos y cada uno de ellos.
Actuaron: Luis Nieva - Diego Ridulfo - Martín Mondonio - Martha Agüero - Flavio Espeche - Tiziano Prevedello - Juan Andrada - Gustavo Ramírez - Lucas Rodríguez - Marcelo Morales -Julio Ramos - Arturo Menecier - Roxana Ramos - Micaela Cabral - Fabrizio Martinena - Josefina Mondonio - Facundo Domínguez - Luis Nieva – y Jesús “el Coquena” de Laguna Blanca.
También participaron: “Cacho” Gandini - Claudia Gordillo - Gerónimo Pacheco - Federico Menecier - Lucas Sosa, Pablo Martinena y Stella Rodríguez.
Agradecimientos: Al Senador del departamento Belén: Sr. Ricardo Castellano; Al intendente de Villa Vil: Ramón Villagra; A la Hostería “Doña Pirucha” y a Lucía Aybar.
STAFF:
Dirección General: Koki Martinena Co-producción: Martín Mondonio Fotografía y Maquillaje: Natalia Menecier Narraciones: Anita Martinena y Mario Díaz Corrección y dibujos: Fabián Martinena.